Charlie Kimball, piloto de la IndyCar Series, fue diagnosticado con diabetes tipo 1 el 16 de octubre de 2007 a la edad de 22 años. Volver a la normalidad en las carreras y la diabetes ha sido su prioridad. En la actualidad, Charlie vive en Indianápolis con su esposa Kathleen y su hija de cinco meses. Hemos tenido la oportunidad de hablar con Charlie sobre cómo ha sido su vida después del diagnóstico, su vuelta al circuito, sus relaciones y, finalmente, la paternidad.
Honestamente, antes de formar una familia, Kathleen y yo tuvimos algunas conversaciones muy francas sobre las probabilidades de que nuestros hijos desarrollen diabetes tipo 1 por mi culpa. Durante mucho tiempo he pensado que no quería tener hijos. No quería tener un hijo que creciera y luego fuera diagnosticado con tipo 1. Sabemos el gran desafío que puede ser esto. Con el tiempo, nuestra perspectiva cambió. Sabemos que, si bien las probabilidades siguen ahí, especialmente al tener yo tipo 1, también sentimos que los medicamentos y las herramientas están avanzando y, lo que es más importante, que la comunidad es lo que más importa. Es un grupo muy especial. Nos sentimos afortunados de ser parte de ella. Ahora que tenemos una hija, soy muy consciente de las señales de alerta de la diabetes y estoy pendiente. En cuanto al impacto, la falta de sueño es real. Los aspectos físicos de la falta de descanso me han obligado a ser más proactivo en el manejo de mi glucemia desde que nació mi hija, hace 5 meses.
¿Qué le dirá a su hija (cuando sea mayor) sobre su diabetes?
Lo voy a plantear en base a la individualidad de la gente porque cada persona es diferente, cada una tiene diferentes rasgos y elementos. La gente es de diversas etnias y orígenes. Para mí, tener diabetes es parte de ello. No me define. No soy Charlie Diabético Kimball. Soy Charlie Kimball, ganador de la carrera IndyCar y piloto clasificado para Indianapolis 500. También tengo diabetes. Es simplemente parte de quién soy. Significa que, a diario, mi rutina es diferente a la de alguien que no tiene diabetes.
¿Cómo ha afectado la diabetes tipo 1 a su relación? ¿Cuándo se casó?
Kathleen y yo fuimos a la escuela secundaria juntos. Nos reconectamos después de mudarme a los EEUU, tras mi nuevo diagnóstico de diabetes. Fue más o menos al mismo tiempo que comencé a hablar sobre mi afección. Durante este tiempo, me estaba empezando a sentir más cómodo cuando era honesto respecto al tema. Nos casamos en 2014 y, gracias a nuestra relación, Kathleen se ha convertido y sigue siendo parte de mi equipo de diabetes. La diabetes se parece mucho a las carreras en que la gente puede pensar que es un deporte muy individual, pero no lo es. Necesitas el esfuerzo del equipo para tener éxito. ¡Así que recluté a Kathleen para que fuera parte de mi equipo de diabetes junto a mi equipo médico! Kathleen entiende mi diabetes y es muy comprensiva. Ella sabe que si mi glucemia no está dentro del rango, no soy yo mismo. Es un poco más permisiva cuando lo necesito porque estoy teniendo dificultades. ¡A veces oye el pitido de la alarma de mi MCG antes que yo en medio de la noche y me despierta!
Todo el mundo tiene su historia que contar. ¿Puedes hablar de tu diagnóstico de diabetes tipo 1?
Había estado viajando por toda Europa conduciendo diferentes coches de carreras y visité al médico porque tenía una erupción en la piel del brazo. Una vez me hubo escrito una receta, me preguntó si había algo más de lo que quisiera hablar. Le dije que tenía bastante sed, que estaba bebiendo de 8 a 10 botellas de agua, y que estaba yendo al baño constantemente. Me hizo subir a la balanza y le dije el peso que yo esperaba. Me había pesado la semana pasada en el circuito. En solo cinco días, había perdido 25 libras. Cuando vio la discrepancia en mi peso, dijo: «Creo que tienes diabetes.»
Vaya… eso es mucho peso. ¿No te habías dado cuenta?
No había sido particularmente consciente porque estaba muy confuso mentalmente debido a que tenía unos niveles glucémicos muy elevados, en los 600s (mg/dL). Ni siquiera era consciente de cómo me veía en el espejo o de lo que hacía mi cuerpo. Me ha ido muy bien siendo muy directo con respecto a mi afección y los desafíos asociados con ella.
¿Cuándo empezaste a correr?
Crecí viendo carreras porque mi padre es ingeniero mecánico de coches de carreras, así que estuve expuesto a eso. Comencé a correr después de obtener mi carnet de conducir, a los 16 años, y después de graduarme de la escuela, fui aceptado en la Universidad de Stanford en Ingeniería Mcánica. Mucha gente se sorprendió, pero rechacé ir a Stanford y me mudé a Europa para competir allí. Pasé unos años compitiendo, y entonces me diagnosticaron. Después de mi recuperación, me quedé en Europa para competir un año y medio más. En 2009, volví a Norteamérica y he estado compitiendo aquí en los EU durante las últimas diez temporadas. Esta es mi 11ª temporada con Race With Insulin, una iniciativa de automovilismo patrocinada por Novo Nordisk.
¿La diabetes tipo 1 no te impidió competir?
Cuando me diagnosticaron, un amigo que está en el negocio del motociclismo me dijo: «Trata este diagnóstico como una lesión». Las personas que trabajan con pilotos de motociclismo lidian con lesiones con bastante frecuencia porque siempre se están cayendo. Esto me ayudó mucho. También me dijo que, aunque debo controlar mi diabetes de por vida, recuperarme del diagnóstico, volver a estar saludable y volver a competir en automovilismo era importante. Seguí su consejo y nunca evité hablar de mi afección. He tenido mucho éxito siendo muy directo sobre mi afección y los desafíos asociados a ella.
Como socio patrocinado por Novo Nordisk (fabricantes de insulina), ¿qué piensas sobre la crisis de asequibilidad de la insulina en los EEUU?
Creo en el espíritu de Novo Nordisk como empresa. Me he asociado con ellos para crear conciencia y capacitar a la comunidad. Creo en lo que se basa la empresa: ayudar a las personas. Hoy en día, el panorama sanitario es muy complejo y un lugar muy dinámico. El problema de la asequibilidad es real y es complejo. Creo que, para encontrar una solución, deberán implicarse líderes procedentes de todos los lados: legisladores, organizaciones sin fines de lucro como la JDRF y la American Diabetes Association y partes interesadas en el sector privado. Necesitamos tener conversaciones reales sobre cómo hacer ajustes que funcionen para todos.
Para más información: http://www.charliekimball.com
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