¿Qué tipo de cosas cree que requieren más delicadeza hacia los pacientes cuando se trata de hablar sobre su tratamiento, resultados, nutrición, peso y demás?
La imagen corporal, la depresión y ansiedad, y los trastornos alimenticios. Todos estos son temas polémicos: trato de evaluar el nivel de sintonía de los pacientes con sus propios retos y encuentro que la mayoría de mis pacientes con diabetes tipo 1 tiene dificultades de algún tipo con algunos de estos temas.
¿Cree que la mayoría de las personas recibe apoyo insuficiente para llevar una vida con diabetes?
Sí, lamentablemente, lo creo.
¿Cómo afecta este factor a su capacidad para tratar con éxito a sus pacientes?
Parte de mi conversación con todos los pacientes es evaluar a quién tienen en sus redes de apoyo, si están abiertos respecto a la diabetes y si son conscientes de los recursos disponibles para ellos. Luego trato de personalizar los siguientes pasos para ayudar a fortalecer su red en función de sus necesidades.
¿Qué ha observado que le falta a la mayoría de los pacientes?
Muchos pacientes no son conscientes del estrés intenso al que están sometidos debido a la diabetes y de sus consecuencias tanto sobre su calidad de vida como sobre su control diabético. Hay muy pocos terapeutas y psicólogos/psiquiatras que entiendan de verdad los problemas relacionados con el tipo 1, y cuando existen, las citas suelen ser escasas o el seguro no cubre los costes de las visitas.
Si hubiera una cosa que desearía que todos sus pacientes hicieran, ¿qué sería? Salir de sus zonas de confort en la diabetes. Esto puede significar probar una nueva opción de tratamiento o hacer que su diabetes sea más visible para los demás (es decir, no gastar energía escondiendo su afección, sino concentrarse en combatirla).
Si pudiera agregar algo a las guías actuales de la ADA sobre la práctica de la diabetología, ¿cuál sería?
Poner un mayor énfasis en la necesidad de automonitorizarse. Cuanto mejor conozcan las personas sus resultados, mejor y más documentadas serán sus opciones de tratamiento y estilo de vida que puedan tomar. También reforzaría las secciones sobre depresión y ansiedad y las secciones sobre trastornos de la alimentación, ya que éstos son problemas muy importantes para la población con tipo 1.
Es usted el fundador del Marjorie’s Fund. ¿Cuál considera que es la mayor diferencia entre las personas que acuden a su consulta y las de Uganda?
Los pacientes con diabetes que veo en Uganda y Ruanda tienen una gran sed de conocimiento sobre diabetes y están ávidos de usar los suministros para su tratamiento y su análisis cuando están disponibles, pero su acceso a la educación y los medicamentos/suministros es muy deficiente. Los pacientes en Uganda y Ruanda son luchadores que se esfuerzab por sobrevivir a pesar de todo. Cuando me reúno con ellos y pienso en sus esfuerzos, esto me motiva a cuidarme mejor. Si alguna vez no tengo ganas de luchar contra la diabetes en un día en particular, me recuerdan que tengo la obligación de utilizar la gran cantidad de recursos a los que tengo acceso y ellos no, y que, si no lucho, sería como darles una bofetada. Encuentro que compartir estas experiencias y sus historias con otros pacientes de tipo 1 que tienen acceso a los recursos, pero que se sienten quemados, les ayuda a volver a participar en su diabetes, al igual que me sucede a mí. Creo que es útil conectarles con el resto de la comunidad diabética y hacer que se sientan menos solos. Después de todo, todos somos parte de la misma comunidad de diabetes, ¡y en familia debemos cuidar unos de otros!
Jason Baker es catedrático adjunto de Medicina y endocrinólogo adjunto de la Facultad de Medicina Cornell de Nueva York. El Dr. Baker participa en numerosos proyectos de sanidad dibética a nivel mundial, y ha fundado la organización sin ánimo de lucro Marjorie’s Fund, una iniciativa mundial contra la diabetes tipo 1 dedicada a la educación, el cuidado y la investigación de esta afección en los países en desarrollo.