La diabetes es la causa mundial predominante de amputaciones no traumáticas, ceguera y enfermedad renal en etapa terminal, pero estas complicaciones microvasculares comienzan antes del diagnóstico clínico real. En la etapa de prediabetes, muchas otras vías se ven afectadas, incluyendo posibles daños macrovasculares, tales como derrames cerebrales y anginas de pecho. Para la mayoría de las personas, la enfermedad y sus complicaciones progresarán si no se tratan adecuadamente mediante dieta, ejercicio y una intervención farmacológica. Tomarse la prediabetes más en serio y llevar a cabo una intervención temprana puede conducir a una mejora de los resultados. Ésta es, precisamente, la razón por la que creemos que la clasificación de la gravedad de la diabetes tipo 2 en etapas podría salvar millones de vidas.
La prediabetes, o alteración de la tolerancia a la glucosa (ATG), es diagnosticada cuando se presenta una glucemia en ayunas de entre 100 (5,6 mmol/l) y 125 mg/dl (6,9 mmol/l), según las pautas de la American Diabetes Association (las pautas de la Federación Internacional de Diabetes (FID) son ligeramente diferentes, usando un rango de 6,1 a 6,9 m/moL). Un punto más alto, 126 mg/dl (7 mmol/l), y uno tiene diabetes tipo 2.
Según el Atlas de Diabetes de la FID, 350 millones de adultos en todo el mundo tienen ATG. Para 2045, el Atlas predice que 587 millones de personas tendrán ATG. Además, la mayoría de las personas con ATG. no sabe que padece esta enfermedad.
Muchos médicos hoy en día no informan a sus pacientes de que tienen prediabetes. Por lo tanto, aquéllos que la padecen saben poco o nada sobre la afección y apenas tienen la educación o los incentivos para hacer algo al respecto.
Nuestro argumento es que parte de la falta de urgencia en relación con la prediabetes proviene del propio nombre de esta afección.
La prediabetes dice que, en el presente, no tienes nada: todavía no tienes diabetes. El nombre te dice que esperes y veas. Sin embargo, este momento es exactamente cuando tomar medidas puede revertir la afección y posiblemente prevenir la diabetes tipo 2.
Proponemos evitar el término confuso «prediabetes» y utilizar en su lugar el término más preciso «diabetes en la primera etapa». También creemos que la creación de un sistema de clasificación por etapas para la diabetes tipo 2 ayudará con la gestión de la enfermedad. Estos dos pasos pueden cambiar la percepción de la gravedad de la enfermedad e incitar una intervención temprana.
La primera vez que escribí sobre esto fue en un artículo en 2013. En ese momento, la conversación dominante era mejorar la concienciación sobre la prediabetes. Sin embargo, creo que el primer paso crítico para incitar comportamientos más saludables es un cambio de nombre. Como escribí, «… reconocer la prediabetes como ‘etapa 1’ de la diabetes hará que millones de personas más tomen medidas para evitar que su diabetes progrese».
El año pasado, un estudiante de medicina, ahora médico, Trent Brookshier, leyó mi artículo y tuvo exactamente la misma idea. Cuando hizo su trabajo de posgrado, realizó una encuesta para comprobar si un cambio de nombre y una plataforma de clasificación por etapas cambiaría las percepciones, actitudes y medidas sobre la diabetes. Descubrió que, efectivamente, las cambiaría.