04 septiembre 2019
Esta semana se publicaron nuevas pautas para el manejo y la prevención de las enfermedades cardiovasculares (ECV) en pacientes con diabetes o prediabetes. Francesco Cosentino, MD, PhD, del Instituto Karolinska y Hospital Universitario Karolinska de Estocolmo (Suecia), and Peter J. Grant, MD, de la Universidad de Leeds (Reino Unido), copresidentes de los grupos de trabajo para la redacción de directrices de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) y la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes ( EASD), presentaron esta guía durante el Congreso de la ESC 2019. Estas directrices se publicaron simultáneamente en línea el 31 de agosto en el European Heart Journal y en el sitio web de la ESC.
Dichas directrices han sido desarrolladas por la ESC en colaboración con la EASD. Están diseñadas para proporcionar orientación sobre el manejo y la prevención de las enfermedades cardiovasculares en personas con o bajo riesgo de desarrollar diabetes. Las anteriores directrices se presentaron en 2013.
Qué hay de nuevo
Los titulares clave relacionados con las nuevas directrices incluyen consejos sobre los inhibidores del co-transportador-2 de sodio-glucosa (SGLT2), basados en datos procedentes de resultados positivos de ensayos cardiovasculares (CVOTS), que determinan que la metformina ya no es la mejor terapia de primera línea para todo el mundo. Además, el riesgo de ECV se ha restringido a valores medios, altos y muy altos frente a los valores tradicionales de prevención primaria y prevención secundaria.
Reclasificar el riesgo de ECV
Las pautas reclasifican a los pacientes con diabetes de la siguiente manera:
- Riesgo medio de ECV: si son jóvenes, carecen de otros factores de riesgo de ECV y han tenido diabetes durante menos de 10 años.
- Alto riesgo de ECV: si han tenido diabetes durante más de 10 años y tienen al menos otro factor de riesgo, pero sin lesiones en el órgano diana.
- Riesgo muy alto de ECV: si tienen ECV o lesiones en los órganos diana o han tenido diabetes tipo 1 durante más de 20 años.
La metformina ya no se considera la mejor estrategia de primera línea. Para los pacientes no tratados con fármacos con diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares establecidas y pacientes de muy alto riesgo, las nuevas pautas recomiendan la prescripción de inhibidores de SGLT-2 o agonistas del receptor GLP-1. Estos pueden sumarse a la metformina o iniciarse solos.