La incidencia y la prevalencia de diabetes tipo 2 (DMT2) aumentan progresivamente. Hace algunas décadas estaba claro que la diabetes tipo 1 se observaba principalmente en el grupo de edad de menores de 20 años y la DMT2 en los mayores de 40 años. Sin embargo, ahora vemos una disminución de la edad de aparición de la DMT2, especialmente en países de ingresos bajos y medios como Sri Lanka.
Ya hemos definido la etiología de la DMT2.¹ Una hipótesis podría ser que el inicio más temprano se deba a que la nutrición en el útero es inadecuada y, en consecuencia, a un preestablecimiento de la resistencia a la insulina. Cuando un niño crece en el útero desnutrido, su alimentación, al verse comprometida, se orienta a la conservación de la vida favoreciendo el suministro al cerebro a expensas del resto del cuerpo. Esto generalmente ocurre a través de un proceso de resistencia a la insulina para que algunos órganos, como el hígado y la musculatura, permanezcan subdesarrollados hasta el momento del nacimiento. Se cree que los niños de esta categoría, con un bajo peso al nacer, son más propensos al desarrollo de DMT2 en etapas posteriores de la vida. Al aumentar la alimentación posnatal ganan peso exponencialmente, principalmente aumentando los depósitos grasos. Esto produce la aparición temprana de DMT2 debido a la configuración previa de la resistencia a la insulina.
En estas personas nutricionalmente comprometidas, el músculo está subdesarrollado y evita el ejercicio adecuado, lo que fomenta el aumento de peso. Como la diseminación de la DMT2 en el mundo se da principalmente en el grupo de ingresos bajos y medios, este podría ser un factor muy importante que puede corregirse mediante el ajuste de la nutrición materna en las etapas de preconcepción y embarazo. Esto destaca el valor de la «niña» y su nutrición a través del «enfoque de ciclo de vida».² También convierte en esencial que el embarazo ocurra en un período óptimo, entre los 20 y los 40 años, para que sea más probable que se garantice el pleno desarrollo y la nutrición durante esta etapa. Es mejor evitar embarazos precoces previos a los 20 años de edad y las niñas deberían recibir un tratamiento preferencial en lo que respecta a la nutrición.
Según los datos de la Encuesta demográfica y de salud de Sri Lanka de 2006/2007, aproximadamente el 17% de los recién nacidos presentan un bajo peso al nacer, mientras que la prevalencia de disglucemia (niveles elevados de glucosa en sangre) ocurre en aproximadamente el 21,8% de la población.³
La interacción de todas las causas, en concreto de los orígenes fetales, los estilos de vida, el estrés y la genética, tiene un gran impacto en la aparición de la diabetes tipo 2.⁴ Los estilos de vida modernos, con comida rápida sedentaria y poco sana; las adicciones debidas al aumento del estrés en niños y adultos; la rápida urbanización, que conduce a una mayor contaminación del aire y a la insalobridad del agua, actúan como catalizadores que reducen la edad de aparición de la enfermedad. Además, la nutrición inadecuada predispone a las personas con DMT2 al desarrollo de depresión, ya que se han visto privadas del deseo de cumplir con sus necesidades nutricionales a una temprana edad. Un estado de desnutrición en el útero conduce a una situación estresante antes del nacimiento y una tendencia a desarrollar depresión más tarde.
A modo de ilustración, voy a citar una situación real, en la que una niña que vive en Colombo, Sri Lanka, fue diagnosticada con DMT2 a la tierna edad de 9 años. Se descubrió que tenía un nivel alto de glucosa en un examen rutinario y fue tratada como T1DM. Había presentado un bajo peso al nacer y nutrición comprometida en el útero. Se descubrió que era obesa y mostraba signos de resistencia a la insulina, tales como el trastorno de la piel acantosis nigricans, lo que hizo que su tratamiento con insulina se redujera gradualmente y eventualmente se suspendiera. En la actualidad, se controla bien con agentes hipoglucémicos orales y un estilo de vida modificado.
La pandemia resultante de diabetes tipo 2 solo se puede detener mediante medidas proactivas de prevención primaria que hagan hincapié en el bienestar de las mujeres jóvenes en nuestra sociedad.
*Van al colegio, ayudan en casa, trabajan en las fábricas, hacen amigas y amigos, cuidan de sus familiares mayores y menores y se preparan para asumir las responsabilidades de la vida adulta. Las niñas desempeñan diversos papeles en el hogar, la sociedad y la economía. Cada vez más, la defensa de los derechos de la niña está recibiendo apoyo a través de la aprobación, prácticamente universal, de la Convención sobre los Derechos del Niño, y con la meta incluida en los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas de aumentar la igualdad en cuanto a nivel educativo entre niñas y niños.
Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres, ONU Mujeres http://beijing20.unwomen.org/en/in-focus/girl-child