El Dr. Sung Ho Hyon es director del programa de trasplantes de riñón y páncreas del Hospital Italiano de Buenos Aires, el mayor centro de trasplante de órganos múltiples de Argentina y Profesor Asociado de Cirugía Clínica del Instituto Universitario del Hospital Italiano. El Dr. Hyon nos habla sobre su trabajo, sobre cómo los trasplantes salvan vidas y sobre lo que el futuro puede traer.
Cuáles son las razones más comunes por las cuales la gente necesita un reemplazo de riñón y páncreas?
El trasplante simultáneo de riñón y páncreas es el mejor tratamiento actualmente disponible para personas con diabetes insulinodependiente y enfermedad renal en fase terminal, también llamada insuficiencia renal en fase terminal. Es bien sabido que la diabetes puede afectar el funcionamiento del riñón. Cuando esta afección se vuelve grave, es posible que la persona pueda necesitar diálisis y sea candidata a un trasplante de riñón. Además, dado que la diabetes insulinodependiente es una enfermedad autoinmune en la que se destruyen las células del páncreas que normalmente producen insulina, un trasplante de páncreas puede restablecer la función de estas células.
¿Cuántas personas con diabetes tipo 1 ha ayudado gracias a los trasplantes de riñón-páncreas? ¿Cuál es el aspecto más difícil de la recuperación para los pacientes y cuál es el resultado para la persona a largo plazo?
Nuestro programa ha realizado cerca de 160 trasplantes de riñón y páncreas a fecha de abril de 2018. En el período inicial posterior al trasplante, es decir, los primeros tres meses después de la cirugía, las complicaciones más comunes son las relacionadas con el procedimiento quirúrgico, como trombosis (formación de coágulos en las venas y arterias), hemorragias y pérdidas. Sin embargo, estas complicaciones no son frecuentes y los pacientes generalmente se recuperan muy bien de la cirugía. Otros aspectos importantes a tener en cuenta son la necesidad de una estrecha vigilancia de las infecciones y rechazos de los órganos trasplantados. Para prevenir estas dos complicaciones, a los pacientes se les administran medicamentos antimicrobianos e inmunosupresores, respectivamente.
La medida que utilizan los médicos para describir el resultado es la tasa de supervivencia. La tasa de supervivencia de los pacientes con trasplante simultáneo de páncreas y riñón es de alrededor del 95% a 1 año (a corto plazo), y de cerca del 87% y 80%, a los 5 y 10 años, respectivamente.
Cuando estaba en la facultad de Medicina, ¿qué factores le dieron la idea de convertirse en cirujano y por qué el trasplante de riñón y páncreas en particular?
Me atrajo la cirugía desde que comencé mis estudios de Medicina. Una de mis asignaturas en mi primer año fue Anatomía Humana. Tan pronto como terminé el examen final, fui a la oficina del jefe del departamento para ofrecerme como asistente para la preparación de muestras anatómicas como las que se usaron durante las clases de anatomía. Esto me proporcionó una gran formación. Durante mis prácticas clínicas, aprendí que la cirugía incluía una relación estrecha y directa con los pacientes en una continuidad de la atención, en las habitaciones del hospital, en el quirófano y también en las consultas externas. Este era el tipo de práctica que quería para el futuro.
Desde la facultad de Medicina, me impresionó la lucha de por vida de las personas con diabetes. Especialmente la de aquéllas que la desarrollan a una edad temprana, durante la infancia. Dependen del compromiso de toda la familia. Durante mi residencia en Cirugía, aprendí que un procedimiento quirúrgico podría «curar» la diabetes y liberar a los pacientes de la diálisis crónica y la dependencia de la insulina exógena. Por aquel entonces estaba terminando mi residencia médica, y el programa de trasplante de riñón y páncreas de mi hospital acababa de realizar un procedimiento combinado de trasplante de riñón-páncreas. ¡Me uní al programa como primer Miembro, y de eso hace ya más de veinte años!
¿Por qué es raro que las personas con diabetes tipo 2 se sometan a trasplantes de riñón y páncreas? ¿Puede explicar por qué una persona con diabetes tipo 2 podría necesitar un trasplante de riñón? ¿Con cuánta frecuencia sucede esto?
Es más frecuente que las personas con diabetes tipo 2 solo se sometan a un trasplante de riñón. Esto sucede porque, en la diabetes tipo 2, el problema no está en la producción de insulina, sino en la capacidad de las células de utilizar esta hormona. Además, las personas con diabetes tipo 2 pueden tener una producción excesiva de insulina.
Sin embargo, hay varias personas con diabetes tipo 2 que podrían necesitar inyecciones de insulina exógena, tal como lo hacen las personas con diabetes tipo 1. Estos pacientes, que tienen enfermedad renal en fase terminal y necesitan insulina, pueden beneficiarse de un trasplante de riñón y páncreas. Alrededor del 8% del total de trasplantes de riñón y páncreas del mundo se ha realizado a personas con diabetes tipo 2.
¿Puede explicar la diferencia entre trasplante de islotes pancreáticos y encapsulación de islotes pancreáticos?
El páncreas tiene dos funciones principales: la producción de enzimas (para la digestión de los alimentos) y la producción de hormonas. La insulina es una de estas hormonas, y es sintetizada por las células beta dentro de los islotes de Langerhans. Por lo tanto, el trasplante de islotes pancreáticos es una forma alternativa de trasplante de páncreas en el que solo se trasplantan las células productoras de hormonas. La encapsulación de islotes es un proceso de laboratorio en el cual los islotes se insertan en cápsulas de alginato (una sustancia obtenida de algas) con la intención de proteger las células ante el sistema inmune del receptor. Todavía una práctica en investigación, se utiliza para encapsular islotes de cerdo antes de su trasplante a otras especies, incluidos humanos.
¿Qué cree que deparará el futuro con respecto a una cura para la diabetes tipo 1? ¿Cree que la encapsulación de islotes es un buen enfoque para curar la diabetes tipo 1?
Estamos de acuerdo en que una terapia «curativa» de la diabetes, necesariamente debe cumplir una condición fundamental: lograr un control metabólico perfecto de la glucemia. La mejor manera de hacer esto será mediante la restauración de las células productoras de insulina de la persona con diabetes insulinodependiente. Estas células deberían ser capaces de producir insulina, pero también de responder correctamente ante los cambios constantes de los niveles de glucemia. Del mismo modo, deberían estar a salvo de infecciones, ser inmunológicamente adaptables y éticamente aceptables. Es obvio que la primera opción son los islotes pancreáticos.
Sin embargo, hay varias líneas de investigación que podrían dar como resultado un tratamiento definitivo de la diabetes: terapia genética, ingeniería de tejidos, expansión de células ductales precursoras de células beta, xenotrasplante, diferenciación de células madre, inmunomodulación celular o, las propuestas más recientes de transdiferenciación e interdiferenciación celular. La encapsulación de islotes es solo una de las líneas de investigación actuales. Quizás la respuesta llegará gracias a la combinación de más de una de estas estrategias.