Los mitos sobre la diabetes abundan en muchas sociedades de todo el mundo. La lógica y los hechos sobre esta enfermedad a menudo se ven sacrificadas en favor de la opinión y el mito. Las falsedades demostrables se difunden y se reciclan como si de hechos se tratase. Los mitos de la diabetes aumentan el estigma, el daño y, lo que es más importante, los malentendidos y los diagnósticos erróneos. Aquí están los cinco mitos más importantes sobre la diabetes y la verdad que se esconde tras cada uno de ellos.
Mito número 1: consumir azúcar causa diabetes
La verdad: el azúcar no provoca diabetes.
Hay un mito que se escucha a menudo en la opinión pública: ¿Demasiado azúcar en sangre? Obviamente, las personas que tienen diabetes comen demasiado azúcar. Esto puede parecer lógico, pero no es el caso. El 100% de los carbohidratos que consumimos (granos, frutas, lácteos, incluso vegetales) se convierten en glucosa para producir energía. La insulina desbloquea nuestras células para que la glucosa pueda llegar a ellas. En la diabetes tipo 1, una enfermedad autoinmune, las células que producen la insulina se destruyen, por lo que los niveles de glucosa (azúcar) en sangre aumentan a niveles peligrosos. En la diabetes tipo 2, una afección metabólica, la forma en que el cuerpo procesa la insulina se ve alterada. Si bien una dieta alta en azúcar y alimentos procesados, además de otros factores de estilo de vida poco saludables, pueden aumentar el riesgo de diabetes tipo 2, el azúcar por sí solo no causa ningún tipo de diabetes.
Mito número 2: la canela, el melón amargo, la cúrcuma, las frutas de hueso o las hojas de hibisco (inserte la última idea) para curar la diabetes.
La verdad: no existe cura para ningún tipo de diabetes.
Si bien algunas hierbas y alimentos pueden mejorar la sensibilidad a la insulina o la resistencia a la insulina de una persona con diabetes tipo 2, no hay absolutamente ninguna especia, hierba, planta o alimento mágico que pueda curar ningún tipo de diabetes.
La diabetes tipo 1 es incurable, aunque hay una gran cantidad de investigaciones en curso.
En el caso de la diabetes tipo 2, cuando se detecta muy temprano, algunas personas pueden llegar a revertir la enfermedad mediante cambios importantes de su estilo de vida, que incluyan una dieta saludable junto con ejercicio, bajo supervisión médica. Éste es un tipo de remisión que necesita de atención constante de por vida. Además, es necesario aumentar la concienciación sobre el desarrollo de diabetes tipo 2 en personas con antecedentes familiares con el fin de que puedan trabajar en estrategias de prevención, como una alimentación saludable y ejercicio. Las estrategias saludables no solo se recomiendan para las personas bajo riesgo o para quien ya vive con diabetes, sino para todo el mundo.
Mito número 3: la diabetes tipo 1 es el tipo de diabetes más grave.
La verdad: la diabetes tipo 1 y la diabetes tipo 2, incluida la diabetes gestacional, son igualmente graves.
Antes de que Frederick Banting descubriera la insulina, los niños con diabetes tipo 1 fallecían a las pocas semanas de ser diagnosticados. Está claro que la trágica historia de la diabetes tipo 1 todavía influye sobre el pensamiento actual. Actualmente, las personas con diabetes tipo 1 se inyectan insulina para alcanzar unos niveles de glucosa casi normales. Las mayores amenazas para las personas con diabetes tipo 1 son la hipoglucemia (nivel bajo de glucosa en sangre causado por dosificación excesiva de insulina), la cetoacidosis diabética (DKA) y el diagnóstico erróneo. Con frecuencia, la diabetes tipo 2 tarda años en ser diagnosticada (enfermedad silente) y suele detectarse demasiado tarde, cuando la persona visita al médico por un problema grave, como alteración de la vista (ceguera) o una infección que requiera amputación. Tanto la diabetes tipo 1 como la diabetes tipo 2 son muy graves, por diferentes motivos.